Crítica de Nietzsche a la democracia


Crítica de Nietzsche a la democracia


Trabajo realizado por alumnado del centro del que se omite su nombre en cumplimiento de la ley de protección de datos.


Para el correcto desarrollo de la temática de la redacción, creo conveniente resolver las siguientes cuestiones: ¿qué entendemos por democracia y por qué la compara con el cristianismo?, ¿por qué critica la igualdad y por quéla relaciona con la democracia?, ¿por qué critica la dignidad y su derecho de nacimiento?, ¿qué tiene Nietzsche en contra de conceptos como justicia, ley, solidaridad, virtud o tolerancia?

Nietzsche considera la democracia como un cristianismo sin Dios. Significa la no creencia en hombres superiores. La democracia conserva los valores del cristianismo pero transfiriendo sus características al Estado, al sector civil. Así, la democracia sigue creyendo en unas reglas morales universales, creando nuevos iconos que remplazarán al Dios del cristianismo: Razón, Humanidad, Ciencia, Ciudadanía, Derechos Humanos… La democracia, al igual que la religión, es una moral de los débiles, de la decadencia, de seres humanos domesticados. La democracia pretende nivelar todo lo humano, para llegar a una igualdad, pero nivelan a la baja. Explicaré esto con un ejemplo, es más fácil que un alumno de sobresaliente saque un 5 que un alumno de aprobado raspado saque un sobresaliente. Por ello podemos decir que al igual que la religión, la democracia sería un método de los débiles para sobreponerse sobre los fuertes sin la utilización de la fuerza, utilizando el término igualdad. Al comparar Nietzsche la democracia con el cristianismo, pretende hacer una crítica a esta, porque como ya sabemos, Nietzsche critica totalmente a la religión.

Relacionado con la democracia, encontramos el concepto igualdad, el cual Nietzsche define cómo aquello contrario al deseo de marcar diferencias que exige el carácter afirmativo de la voluntad de poder. Con esto, decimos que la igualdad es un interés particular de los inferiores, su intento de ocultarse entre los demás para no mostrar sus carencias. Sin embargo, solo es un deseo de los inferiores, ya que aquellos que son superiores no tienen ningún interés en ser iguales ya que no sienten ninguna vergüenza en ser diferentes a los demás. Por lo tanto, se llega a la conclusión de que la igualdad es el refugio de la mediocridad, ya que el tonto ganará al igualarse al listo, pero el listo no. La jerarquía natural, las estratificaciones de la sociedad son propias de la vida, por lo tanto al igualarnos todos, y ser todos iguales entraríamos en una lucha contra la vida. Cuando se


habla de jerarquía natural, con ella, Nietzsche se refiere a todo aquello que hacemos sin ser forzados y de forma natural e inconsciente entre nosotros, como seleccionando a las
mejores personas para cualquier actividad. Por ejemplo, esto ocurre al seleccionar a una persona determinada como líder del grupo ya que tiene madera de líder y es bueno en esa actividad. Por todo esto, Nietzsche decía: “La injusticia no está nunca en los derechos desiguales, sino en reclamar derechos iguales…” Así, la profundidad con la que uno sufre puede ser un criterio para determinar esta jerarquía natural.

Nietzsche continúa su crítica a la democracia mediante la crítica a la dignidad. Según el filósofo, la dignidad y la libertad no son ningún derecho de nacimiento, sino que son una conquista. Esta dignidad será solamente merecida por aquel que esté a la altura de las circunstancias, y una vez seas capaz de ser digno, tendrás el derecho a mantenerla. Quién no la merezca, el siervo, el débil, todo aquel que prefiere obedecer y que le da miedo todo aquello que puede conllevar la superioridad, como la soledad, no hay que proporcionarle dignidad alguna, porque como ya he citado antes, la dignidad no se da, se conquista. Por todo esto, Nietzsche critica la dignidad en relación a la democracia, ya que considera que este sistema de gobierno atribuye la dignidad a todo ser humano independientemente de los logros o fracasos de la vida independiente de uno. La crítica del filósofo continúa afirmando que no hay ninguna naturaleza universal humana que otorgue por sí mismo al ser humano su dignidad, sino que la dignidad es algo que se consigue mediante el trabajo de uno mismo y siguiendo aquellos impulsos impuestos por la voluntad de poder. Todo aquel que no se la gane mediante los medios anteriormente citados, no la llegará a obtener ni tampoco deberemos regalársela.

Un Estado democrático, que se basa en los principios de bienestar general, justicia equitativa, la protección de los débiles… acaba impidiendo el desarrollo de grandes personalidades que incrementan la vida. Por ello el filósofo critica conceptos como justicia, ley, solidaridad, virtud o tolerancia, ya que son la base de un estado democrático, y serían la manera en la que todos aquellos resentidos de la vida impongan su moral y se puedan defender frente a los fuertes. Para impedir el desarrollo de estas grandes personalidades, aquellos considerados mediocres, están en una guardia permanente para que no evolucionen.



Para Nietzsche lo más importante es el triunfo de la vida, dejando así de lado la felicidad y el avance de un mayor número. Por tanto la solidaridad, concepto al que se refiere con la solidarización con la mayoría, no sería ninguna aportación a la vida, sino que sería la pérdida de energía vital de seres humanos superiores en tareas inútiles, ya que quien ha
nacido esclavo, ya no podrá ser libre nunca más, siguiendo así la moral de esclavos y de los señores. Lo útil sería relacionar el concepto solidaridad y altruismo a una acción considerada más correcta por Nietzsche, la orientación de la humanidad hacia un objetivo, el de crear una especie humana más fuerte. Por lo tanto, podemos decir que el objetivo de perfeccionar la humanidad radicaría en la producción de individuos más poderosos. Para llegar a esto, y detener la ruina existente, se exigiría el sacrificio de los más débiles, del malparado. Por ello, Nietzsche dice así: “La perspectiva suprema de la tierra debería ser que los enfermos no hagan enfermar a los sanos… lo superior no puede servir de instrumento a lo inferior… la prioridad de la campana que suena plenamente sobre la campana rota que tiene un sonido cascado es, efectivamente, un derecho y una preferencia mil veces mayor: ellos y sólo ellos, son la garantía del futuro, solo ellos son los responsables del futuro del hombre. Lo que ellos pueden y deben hacer nunca podrían ni deberían hacerlo los enfermos”. Con esto Nietzsche reafirma lo ya expuesto anteriormente, que los débiles deberían sacrificarse por llegar a una humanidad compuesta solo por fuertes.


En conclusión, la democracia es similar al cristianismo, por ello Nietzsche critica a ambas, siendo sus bases conceptos como la razón, la igualdad, la dignidad, la solidaridad… Continúa explicando que la igualdad es solo un interés de los inferiores, pudiendo con esta ponerse al mismo nivel que aquellos que son más fuertes. A su vez, critica la dignidad, ya que la democracia dicta que esta debe ser un derecho de todos, con lo que Nietzsche está en contra, ya que dice que una persona es digna solo cuando trabaja para serlo y se lo gana, una vez conseguida, tendrá derecho a mantenerla. Y finaliza con que los débiles deberían sacrificarse para poder así crear una humanidad basada en los fuertes.

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